Tan sólo tienes que
Hay caminos en el cuerpo que son invisibles, las únicas sendas que rara vez son transitadas.
Para andar sobre ellas tan sólo tienes que con el roce de tu dedos pasear como llendo sobre el viento de los violines que en diferentes direcciones parecen raíces que se abrazan a ese cuerpo que más aman; devolviendote lo que eres, hundiendote como cepa, cerrando lo ojos...
Para andar sobre ellas tan sólo tienes que con el roce de tu dedos pasear como llendo sobre el viento de los violines que en diferentes direcciones parecen raíces que se abrazan a ese cuerpo que más aman; devolviendote lo que eres, hundiendote como cepa, cerrando lo ojos...
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