martes, agosto 02, 2005

Los apuntes

Tres capítulos fugaces, dos escondidos y uno a medias. Intente reconstruir algunas, ahora lagunas entumidas, que hace unos minutos eran las estrepitosas disculpas de un día sin abismos.
Me reí cuatro veces de la provocación insidiosa de quién no pude hablar otro lenguaje que atisbos de furia.
Celoso margen que me come los pies.
Día a día prendo una oración para caminar en paz, pero el asfalto está demasiado sucio, se sube por las bardas y a los negocios los enegrece y tan sólo puedes adquirir un boleto de transporte que te lleva a la coladera de los insomnes huecos, ahí hay humor vitreo calcinado.
En el trayecto busco los títulos que podrían hacer llegar a la parada, podría accionar el timbre y bajar, bajar, bajar… ¿Quién lee a estas horas, cuándo las líneas de los párrafos también succionan el desvariante sueño?

Encontré un anuncio que presagiaba tus pensamientos en una libreta.
No había prototipos de seres modelos, no había olvidos, ni apócrifas ilusiones, Así que ahora tengo más azul entre mis ojos y los tuyos.