viernes, julio 29, 2005

Espera, preséntate

Cesa, cesa de vestirte de gala para bailar tan sólo con los fotones y electrónes que mi cigarro abandona, deja de ser quién marque el número que no contestaré más, deja de ir dando vueltas de treinta y un grados encontrando la espalda de quién fuma un cigarrillo bajo la lluvia de la tarde, que con el cielo gris y tu transparente densidad el vacío es en mi centro.
Te vi, estabas topandote el ausente saludo y una amistad lejana. Cesa, cesa, que con tus gritos mueren millones de siglos empobrecidos de sangre. Deja de derrumbar los cimientos que otras ilusiones construyen.
Cesa, cesa vuélvete calma y escucha.