Sembrando semillas de probabilidades
En el respirar se me secaba en la gargánta y tenía que cerrar la ventanilla
El registro de la velocidad marcaba 120 km por hora
Las casas y las chozas me decían ‘vuelve por mí’, el aire frío y el mar que no dejaba que el sol le besara se escondía tras ellas y también me decía:
Ven a mí
Y esos cajones de trailer me los envolvían en regalo
Yo escuchaba los silencios y la manera de amar tan acostumbrada a la serenidad
En lugar del silencio así… silencio
Había tanto para donde ir, el cielo azul que también se deja abrazar en el periférico pero sólo que a esa cita siempre llegó tarde por que estoy escondiéndome en entre los edificios
Siempre;
el corto tiempo en que estoy acá me regresa a ‘nostalgia’
Llegamos a la Mansión dónde espere verte, con tu chamarra de mezclilla y el cabello dejándote apenas fumar, tenía que verte; era la Mansión
Pero tenía que dejar las botas a la entrada, pero hacía frío, pero no supe con prudencia como baje tanto… la marea estaba marcada tanto tiempo atrás.
No deje las botas imprudentemente
Puestas
Me interne, siempre un poco más
Pero no lo suficiente para encontrarte.
Huí
Salí y sobre una nube ví al hijo de la mar, llegaba de su velada en alguna montaña.
Le dije: Regresa, tráele acá
Y él empezó a recolectar tus huellas
200 km por hora
La brizna seguía tu propalar a mí
Y ellos con sus pensamientos atentos a mi señal.
Buenos amigos
Lejos de cualquier probabilidad
Te envió un recuerdo ciudad roja y gris