lunes, junio 06, 2005

Puerta

Como un acusado que ha aceptado su culpa, como un reo que ya no grita queriendo arrancar los barrotes de la cárcel con sus manos, como un anciano cansado, como una pélicula demasiado triste... Como una carta a punto de no ser escrita o quizá como una canción de una estación popular: Ritmos estereotipados, letras repetidas, como un asco al no ser vomitado de tanto oírlo.

Escuchame:
—¡Ya no soporto más! Estoy harta de tanta miseria y que tú no te canses de estar sintonizando esa decrepita estación de radio.
—¿Pero..?
Cuando escuche la primera palabra en tono de grito como rugído salí de prisa y sin ruído, (yo estaba revisando que había en la hielera, la cerre y directo a abrir la puerta del departamento)... no es conveniente verle en ese estado, bueno... la verdad no sé quién me provoca más pena de los dos...

***

Pasaron algunos dias y permanecía fuera del edificio, esperando que todo aquel remolino cesará... ¿Qué sería de su amigo? Pobre...